Primark decidió lanzar un burkini este verano, pero tras quejas y críticas ha decidido retirarlo de sus tiendas.
El burkini, una prenda que combina el burka y el bikini, ha sido objeto de controversia en los últimos años por su relación con el islam y la libertad de las mujeres. Algunos países, como Francia, han prohibido su uso en las playas públicas por considerarlo un símbolo de opresión y de radicalización religiosa. Sin embargo, otras voces defienden el derecho de las mujeres musulmanas a vestir como quieran y a disfrutar del mar sin renunciar a sus creencias.
En este contexto, la cadena irlandesa de moda Primark decidió incluir el burkini en su catálogo de bañadores y ropa de playa para la temporada de verano de 2023. Según la empresa, se trataba de una opción más para sus clientas, que podían elegir entre diferentes colores, tallas y siluetas. El burkini de Primark tenía un precio de 15 euros y estaba elaborado con un tejido que protegía del sol y de los rayos UV.
Sin embargo, la decisión de Primark no ha sido bien recibida por todos. Algunos sectores de la sociedad han criticado a la marca por fomentar una prenda que consideran machista y contraria a los valores occidentales. Además, han acusado a Primark de aprovecharse de un nicho de mercado sin tener en cuenta las implicaciones sociales y culturales del burkini.
Ante la polémica generada, Primark ha anunciado que retirará el burkini de su catálogo y que dejará de venderlo en sus tiendas. La compañía ha emitido un comunicado en el que pide disculpas por si ha ofendido a alguien con su producto y asegura que respeta la diversidad y la inclusión de todas las personas. Asimismo, Primark ha afirmado que seguirá ofreciendo una amplia variedad de bañadores y ropa de playa para satisfacer los gustos y las necesidades de sus clientes.
El debate sobre el uso del bikini
El debate sobre regular el uso del burkini ha generado controversia en países como Francia. El verano pasado, el Consejo de Estado francés permitió prohibirlo en piscinas, alegando razones de higiene y seguridad. En España, este tema apenas se discute, excepto en casos excepcionales. Aunque la alcaldesa de Ripoll propuso prohibir el burkini, la Generalitat de Cataluña impide que los municipios lo hagan.
En la región gaditana del Campo de Gibraltar, cercana a Marruecos, se ven personas usando burkinis en la playa, pero esto no ha causado molestias. Mohammed Mokaddem, de la Unión de Comunidades Islámicas, sostiene que en España prevalece una mentalidad abierta que respeta las libertades individuales.
En Algeciras, donde la población musulmana es del 10%, es raro encontrar burkinis, incluso en áreas con marroquíes. Aunque la campaña de Primark tuvo éxito entre mujeres musulmanas, ahora suelen comprar en línea en tiendas como Shein, Amazon o Ulla Popken, que ofrecen moda islámica asequible.
Aunque la comunidad musulmana en España ha crecido de 1.99 a 2.3 millones en tres años, la industria local evita vender burkinis debido a esta tendencia.
